En un club de strip-tease llamado Exótica baila Christina, una joven a la que regularmente viene a contemplar Francis, algo que enfurece al disck-jockey del local, Eric, quien está enamorado de Christina.
Egoyan gira las acciones del film en el deseo, en las consecuencias de un trauma familiar, en la atracción sexual, en el escapismo “exótico”, en la frustración o en las conexiones personales más allá de lo físico.
Egoyan va componiendo un sutil, mágico puzzle en torno a un inspector de Hacienda, uno de sus investigados, la chica a la que visita en un "strip-tease", el disc-jockey enamorado de ella y sus recuerdos.
Con un ritmo que, sobre todo en las secuencias en el local de exhibicionismo, cautiva por su fuerza hipnótica, iremos descubriendo las claves de este delicado puzzle, hasta encontrar que las piezas encajan de una forma, pero también podrían hacerlo de otras, tan distintas: misterios de la magia.
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