Palma de oro en cannes este año, el arbol de la vida sigue el viaje de la vida del hijo mayor de una familia de clase media de los años 50, que vive con su madre, que encarna el amor y la bondad, mientras que su padre, que representa la severidad, es el encargado de enseñarle a enfrentarse a un mundo hostil. Por otro lado, se trata también la historia del Universo desde sus orígenes.
A través de la imaginería singular de Malick, vemos cómo, al mismo tiempo naturaleza bruta y gracia espiritual construyen no solo nuestras vidas como individuos y familias, sino toda vida existente.
El nivel visual que lleva Malick al largometraje es un trabajo sublime. Cada imagen es como un poema cobrando vida propia. Tienen un aire sensorial y sensitivo estremecedor. La sensación de asombro y sobrecogimiento ante la perfección que está viendo es impecable.
El árbol de la vida es una odisea al lugar más recóndito de la existencia humana. Poema a la vida y al placer de vivirla.
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