martes, 29 de mayo de 2012

31 de mayo: El caballo de Turín - Bela Tarr - Hungría 2011.


Partiendo de una anécdota concerniente a Nietzsche, centra sus casi dos horas y media de metraje en registrar la vida diaria de un carretero y su hija, en una humilde morada en medio de un paisaje hostil, remoto, perpetuamente castigado por un viento feroz. Los ecos de un mundo en descomposición son audibles. Dos horas y media de metraje pintado al carbón, sólo 30 planos, escasos diálogos. No hay nada menos abstracto que este filme. El cineasta despliega un portentoso expresionismo visual para mostrarnos el fin del mundo (que transcurre en seis días, el mismo tiempo en que Dios lo creó), que se desvanece en silencio, en calma, con lentitud, pero imperturbable, imparablemente. 
No hay reflexiones filosóficas o morales, no hay sentimientos, ni belleza, ni dolor. Solo está la muerte misma.
the Turin Horse resulta una película severa, que aprieta y ahoga y demanda al espectador tanto temple como sinceridad consigo mismo. Una de las películas más absolutas, demoledoras y radicales que se han hecho nunca.


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