Erika (Isabelle Huppert) es profesora de piano en el distinguido Conservatorio de Viena. Ha cumplido ya la cuarentena y todavía vive con su madre (Annie Girardot), que controla todos y cada uno de sus movimientos durante el día. Esta relación tan posesiva y la ausencia del padre, que está ingresado en un psiquiátrico, la ha convertido en una mujer fría y solitaria que no sabe amarse, porque nunca ha percibido la gratuidad. Por eso, cuando un alumno, Walter (Benoît Magimel), se enamore de ella e intente seducirla, deberá encontrarse con el lado oscuro de su hierática e indescifrable profesora. A través de esta escabrosa historia, Haneke, siguiendo los nihilistas dictados de Jelinek (Premio Nobel de Literatura 2004), nos intenta mostrar, con una reflexión visual durísima - en la tónica de este director -, el sadomasoquismo que surge cuando una cultura elimina la figura del padre y potencia el amor posesivo hasta cotas insospechadas.
También a amar se aprende. No hay nada peor que nadie te haya enseñado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario