Después de tener un problema en Manchester, Johnny roba un automóvil y decide conducir hasta Londres en busca de su antigua novia. A partir de allí va a vagar sin casa ni hotel, siendo cobijado a veces por desconocidos. No tiene dinero. Es gran lector y una persona imaginativa. No le faltan temas de conversación. Es una máquina de decir cosas. Despreciando a todos los que se preocupan por él, Johnny se interna en una nocturna odisea por la ciudad, chocando con una sucesión de desesperados y desposeídos, aplastándolos.
Del cineasta británico es clásico ya comentar su método de realizar una película con un guión abierto, que deja en manos de los actores y actrices, con inesperados giros que modulan la película.Con este film se ve al Leigh más sarcástico y absurdo. El infierno que bate bajo el suelo de Londres es radigrafiado a través de la más lúcida y violenta mirada del cine moderno.
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